3 inconclusos

Y mayo pasó sin posteos. Podría decir que he estado muy ocupado como un señor importante y es cierto, pero los resultados no fueron los esperados. Sin embargo este mes me desquito de todo lo malo hecho, tanto que el próximo año institucionalizaré junio como el Mes Vulgar.

Dejándome de bobadas personales y poco interesantes dejo tres posteos inconclusos a falta de neuronas para articular un escrito más decente (¿más decente?). Amigos, Dios y Punk, ¿qué tal?

P.S.: ¡¡¡RCTV EL LUNES NO TE VES!!! ¡¡¡Abajo el canal golpista y sus aburguesados manifestantes!!! No podía dejar de mostrar mi parecer frente a la medida de Chávez de cerrar ese canal facho y a tanta contaminación en los medios de incomunicación ¡Qué libertad de expresión ni que 8/4! Un breve artículo sobre el tema aquí.



Amigo es quien puede ayudarte lalalala...

Los amigos tienen fecha de caducidad. Cuando uno es adolescente los amigos son lo máximo, inseparables, vas a todas con ellos, puedes realizar un pacto de sangre hasta que los primeros pasos de la vida adulta sepultan progresivamente la amistad hasta convertirla en un artículo más del matute de la vida.

Sales de la escuela y los primeros síntomas se sienten cuando pierdes de vista al yunta, o peor aún, siguen los vínculos que no son más que un montón de experiencias ya descontextualizadas que se transforman en anécdotas simpáticas: hilo demasiado delgado para sostener el tedioso mandato de la "buena onda". Ya en otro escenario, universidad o trabajo, el amigo de la secundaria puede llegar a ser un estorbo, a menos que vivan cambios similares, vivencias que alarguen la relación. Pero en la juventud la amistad sigue siendo valorada, en algunos casos tiene un sitio tanto o más importante que el de la pareja (si es que no te conviertes en su novio/a).

Es evidente que la adolescencia y parte de la juventud es un entrenamiento para la vida adulta, un entrenamiento de fútbol donde está permitido errar las veces que quieras para estar listo para el partido oficial donde no se puede fallar: "La vida v/s Tú siendo adulto". La vida te puede meter la pelota por la oreja y tú tener la desgraciada opción de que te saquen del partido (muerte por agente externo) o abandonando el campo de juego por cuenta propia (suicidio). También puedes creer que el gran partido es un entrenamiento y no te lo tomas en serio (creerte adolescente) o luchar estoicamente por el empate, aunque te goleen 44 - 0 (don o doña perseverancia).

En esta etapa "en serio" los amigos tienen una función utilitaria, salvándote de muchas peripecias económicas o personales, pueden ser incluso un adorno ("él es X, mi amigo, él es blablabla, hace blablabla, también blablabla...).

Y esa es la vida normal, lo que se hace. Una bola enorme y pestilente de caca que la mayoría empuja hacia ti y que te persigue hasta la muerte. Afortunadamente todavía creo que las historias no se repiten, pueden ser distintas y se pueden construir nuevas relaciones donde no hay que sufrir.



Vaya con Dios (y bien lejos)

Me hicieron cristiano por la fuerza. Me obligaron, pues el bautismo me protegía del mal. No había elección.

El cura obeso de comer tantas hostias y de tantos almuerzos solidarios se hacía el gracioso conmigo: "Usted tiene cara de lobo" ¡Qué ganas de lanzarle un escupitajo y que probara el sabor de mis puños!

El monigote del acordeón nos decía que "cantar es rezar dos veces" Me reía de él porque su indumentaria y bailes eran dignas de un payaso de circo pobre o de un comediante sin público. Mientras yo gozaba con tanta pajaronada concentrada en una sola persona, mi vieja me retaba: "Estás en la casa de Dios". El monigote me miraba de reojo con un gesto que mezclaba la pica de que un mocoso de nueve años se riera de él y de regocijo por el tirón de orejas que me daba mi mamá (tanto tirón de orejas que me quedó la cabeza entre paréntesis).


Los acólitos se creían la sandía con más pepas porque le llevaban el copete al cura para que lo santificara, le abrían la Biblia al viejo perezoso que tenía su cara inmaculada de jornadas laborales.


A muchos les debe haber pasado que estando en la misa se asfixiaban al comer la carcajada insolente. Creo que dentro de mi inocencia había algo que me hacía percibir el absurdo de sus rituales y artefactos sin mayor utilidad.

Hasta que un buen día me liberé.

Punk

Rocanrrol la sangre del obrero
Rocanrrol del desempleo


Me gusta el punk.

El punk es internacional, no es propiedad ni de británicos ni de yankis.

El punk es de los marginados, donde hay pobreza hay punk.

Las tocatas me encantan....chorrocientas mil bandas por 500 pesos más un alimento o libro.

Mal sonido...¿para qué ser tan sofisticado? Hay grupos tan profesionales que apenas mueven personas con temas que no son propios. En cambio una banda punk con 2 acordes, superbronca, pachorra y una mala copia de algún otro grupo punk (así suena diferente) levantan al respetable que entre codazos, cadenas, mohicanos, puntas y algunos centímetros cúbicos de alcohol bailan con rabia el baile de los frustrados que ya no lo son tanto.

El punk puede ser elaborado y simple. el punk es abierto a otros estilos. Hay bandas punk que tocan pop, reggae, metal y hasta covers de grupos lanas. Hasta los nazis se aprovecharon de esta flexibilidad incluyendo este ritmo para amenizar sus idiotologías xenófobas.

Yo fui feliz tocando punkrock.

LLegábamos a las tocatas con los instrumentos y nadie nos conocía, no estabamos invitados. Esperábamos la oportunidad: que terminara de tocar una banda para subir nosotros al escenario a la mala, sin ningún permiso, enchufar bajo, guitarra y 1, 2, 3, 4 ¡ska-punk!

El punk apunta con su dedo mugriento, conciente de su suciedad, a lo más sucio.

El punk impone alegría donde no la hay, rabia donde hay conformismo, liberación donde está la repre.

Definitivamente el rock está muerto, los asesinos son las multinacionales, los críticos de espectáculos y las mismas estrellas del rock. El punk está inmune a estás bacterias, pues aunque hayan bandas que vendan su trasero a los billetes verdes siempre habrán unos cuantos tipos que desde el anonimato lo harán saber a otros, sin estilo, sin belleza. Multiplique lo anterior por miles de miles. Un concierto desafinado de vulgares haciendo ruido propio en alguna calle, okupa, club deportivo o sitio abandonado.