sábado, 28 de octubre de 2006

¡Qué buena onda es tu radiación!

Las cosas por su nombre
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La verdad duele
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Sin pelos en la lengua
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La Fiera y el que se pasa por el recto a todo el mundo.
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Escucho y leo una y otra vez, hasta el hartazgo a personas que se autodenominan "directas" que "dicen la verdad, aunque duela" y así se adjudican licencia para ridiculizar, disminuir o simplemente agredir a terceros con su radiación quedando en la categoría de ídolo por algún grupo pocopensante. Estos festejan, hacen barra y refuerzan estas conductas torcidas y ven en estos personajes la virtud tan escasa, preciada y aceptada como el decir todo sin pelos en la lengua. Todo vale frente a una verdad indiscutible.
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¿Porqué rayos les dio por decir las cosas por su nombre? ¿Necesitamos a estos iluminados? ¿Son realmente beneficiosos? ¡Claro que no! Son muy nocivos, pues crean un ambiente hostil, en donde nadie puede equivocar. Y para eso están estos gendarmes de lo correcto, esperando para patearte en el suelo.
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¿Por qué actúan así? Yo creo que lo hacen para lograr ser aceptados, aunque digan que toooooda la vida han sido "francos", que es parte de su personalidad o que viene de familia. Mejor es preguntarse por qué surge esta honestidad deforme. Parece que es porque resulta más fácil recurrir a ella y de paso aparentar ser buena persona-mañosa-con-onda que constribuir a la construcción de un clima agradable. Y vaya que es difícil esto último cuando nuestros intereses son muchas veces tan disímiles como nuestros caracteres.
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Considero que no basta con poseer una verdad, sino que también hay que saber como expresarla. La forma es tan importante como el fondo.
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El otro extremo es quedarse callado haciendo vista gorda de lo que no nos parece. Es obvio que esta tampoco es una actitud sana
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Patricias Macdonaldos, Raqueles Alborgoñas, Pamelas Arpíaz...uuufff.....al menos estas mujeres íconos de la verdad-absoluta-que-duele salen sólo en la tele y esta se desenchufa o se apaga y sanseacabó.
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P.S.: Pucha...la intención del post era denunciar a las personas que se dicen ser directas,personas que muchos deben conocer en la escuela, universidad, calle, trabajo, MSN (por eso comencé diciendo que estaba harto de leer), etcétera, NO a los personajes de la tevelisión que como había escrito antes, es cuestión de apagarla o desenchufarla y sanseacabó. Me acordé de la Alborgoña, la Arpíaz por poner un ejemplo conocido por todos. No me di a entender bien.

jueves, 19 de octubre de 2006

Bakunín

El anarquismo es una ideología que no comparto (y no gracias a la información sesgada que han dado sobre esta los medios de comunicación), pero los escritos de unos de sus pensadores, Miguel Bakunín me han llamado siempre la atención por la actitud rebelde y juvenil que muestran.

El viejo siempre estuvo contra Dios, el Estado y cualquier forma de autoridad. A mi parecer era un tipo llevado a sus ideas, demasiado apasionado, no por nada lo echaron (o se automarginó) de la Primera Internacional donde también estaban Carlos Marx y Federico Engels.


El extracto lo saqué de la obra "Dios y el Estado" , donde ataca lo que siempre ha sido considerado incuestionable e intocable, más aún en el siglo XIX, más aún en Chile, que es casi lo mismo.

Si su sensibilidad religiosa es extrema mejor lea la revista Mensaje o afines. Saludos a todos.



"Nuestros primeros antepasados, nuestros adanes y vuestras evas, fueron, si no gorilas, al menos primos muy próximos al gorila, omnívoros, animales inteligentes y feroces, dotados, en un grado infinitamente más grande que los animales de todas las otras especies, de dos facultades preciosas: la facultad de pensar y la facultad, la necesidad de rebelarse.

Estas dos facultades, combinando su acción progresiva en la historia, representan propiamente el “factor”, el aspecto, la potencia negativa en el desenvolvimiento positivo de la animalidad humana, y crean, por consiguiente, todo lo que constituye la humanidad en los hombres.

La Biblia, que es un libro muy interesante y a veces muy profundo cuando se lo considera como una de las más antiguas manifestaciones de la sabiduría y de la fantasía humanas que han llegado hasta nosotros, expresa esta verdad de una manera muy ingenua en su mito del pecado original. Jehová, que de todos los buenos dioses que han sido adorados por los hombres es ciertamente el más envidioso, el más vanidoso, el más feroz, el más injusto, el más sanguinario, el más déspota y el más enemigo de la dignidad y de la libertad humanas, que creó a Adán y a Eva por no sé qué capricho (sin duda para engañar su hastío que debía de ser terrible en su eternamente egoísta soledad, para procurarse nuevos esclavos), había puesto generosamente a su disposición toda la Tierra, con todos sus frutos y todos los animales, y no había puesto a ese goce completo más que un límite. Les había prohibido expresamente que tocaran los frutos del árbol de la ciencia. Quería que el hombre, privado de toda conciencia de sí mismo, permaneciese un eterno animal, siempre de cuatro patas ante el Dios eterno, su creador su amo. Pero he aquí que llega Satanás, el eterno rebelde, el primer librepensador y el emancipador de los mundos. Avergüenza al hombre de su ignorancia de su obediencia animales; lo emancipa e imprime sobre su frente el sello de la libertad y de la humanidad, impulsándolo a desobedecer y a comer del fruto de la ciencia.

Se sabe lo demás. El buen Dios, cuya ciencia innata constituye una de las facultades divinas, habría debido advertir lo que sucedería; sin embargo, se enfureció terrible y ridículamente: maldijo a Satanás, al hombre y al mundo creados por él, hiriéndose, por decirlo así, en su propia creación, como hacen los niños cuando se encolerizan; y no contento con alcanzar a nuestros antepasados en el presente, los maldijo en todas las generaciones del porvenir, inocentes del crimen cometido por aquellos. Nuestros teólogos católicos y protestantes hallan que eso es muy profundo y muy justo, precisamente porque es monstruosamente inicuo y absurdo. Luego, recordando que no era sólo un Dios de venganza y de cólera, sino un Dios de amor, después de haber atormentado la existencia de algunos millares de pobres seres humanos y de haberlos condenado a un infierno eterno, tuvo piedad del resto y para salvarlo, para reconciliar su amor eterno y divino con su cólera eterna y divina siempre ávida de víctimas y de sangre, envió al mundo, como una víctima expiatoria, a su hijo único a fin de que fuese muerto por los hombres. Eso se llama el misterio de la redención, base de todas las religiones cristianas. ¡Y si el divino salvador hubiese salvado siquiera al mundo humano! Pero no; en el paraíso prometido por Cristo, se sabe, puesto que es anunciado solemnemente, que o habrá más que muy pocos elegidos. El resto, la inmensa mayoría de las generaciones presentes y del porvenir, arderá eternamente en el infierno. En tanto, para consolarnos, Dios, siempre justo, siempre bueno, entrega la tierra al gobierno de los Napoleón III, de los Guillermo I, de los Femando de Austria y de los Alejandro de todas las Rusias.

Tales son los cuentos absurdos que se divulgan y tales son las doctrinas monstruosas que se enseñan en pleno siglo XIX, en todas las escuelas populares de Europa, por orden expresa de los gobiernos. ¡A eso se llama civilizar a los pueblos! ¿No es evidente que todos esos gobiernos son los envenenadores sistemáticos, los embrutecedores interesados de las masas populares?

Me he dejado arrastrar lejos de mi asunto, por la cólera que se apodera de mí siempre que pienso en los innobles y criminales medios que se emplean para conservar las naciones en una esclavitud eterna, a fin de poder esquilmarlas mejor, sin duda alguna. ¿Qué significan los crímenes de todos los Tropmann del mundo en presencia de ese crimen de lesa humanidad que se comete diariamente, en pleno día, en toda la superficie del mundo civilizado, por aquellos mismos que se atreven a llamarse tutores y padres de pueblos? Vuelvo al mito del pecado original.

Dios dio la razón a Satanás y reconoció que el diablo o había engañado a Adán y a Eva prometiéndoles la ciencia y la libertad, como recompensa del acto de desobediencia que les había inducido a cometer; porque tan pronto como hubieron comido del fruto prohibido, Dios se dijo a sí mismo (véase la Biblia): “He aquí que el hombre se ha convertido en uno de nosotros, sabe del bien y del mal; impidámosle, pues, comer del fruto de la vida eterna, a fin de que no se haga inmortal como nosotros.”

Dejemos ahora a un lado la parte fabulesca de este mito y consideremos su sentido verdadero. El sentido es muy claro. El hombre se ha emancipado, se ha separado de la animalidad y se ha constituido como hombre; ha comenzado su historia y su desenvolvimiento propiamente humano por un acto de desobediencia y de ciencia, es decir, por la rebeldía y por el pensamiento."

lunes, 16 de octubre de 2006

¡Esto es increíble!

¡Esto es increíble!: Horrible programa de televisión yanqui que daban en los 80s. Se trataba de mostrar personas con una o más características extraordinarias al que coronaban con una frase representativa de su cualidad(por ejemplo, un hombre con 3 penes: ¡virilidad increíble!). Era conducido por tres idiotas con cara de muñecos de cera.
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Hay veces que vemos o nos pasan hechos increíbles y tenemos dos opciones: contarlos para que el resto se burle de nosotros creyéndonos mentirosos patológicos o quedarnos callados.
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Iba bajando al Metro y veo que más adelante mío iba un quiltro. No le tomé mayor atención y anticipaba a que el señor guardia de seguridad lo expulsara de tan inmaculado recinto. No fue así, el perro pasó bajo el torniquete. Ya en ese momento me estaba dando risa, pero lo más cómico fue que el perro subió a un vagón, viajó y se bajó en determinada estación...los pasajeros miraban al perro viajero y yo decidí seguirlo solamente para continuar disfrutando de la risa que me provocaba. La estación donde bajamos con el "cachupín" era de combinación a otra línea...¡¡¡¡el perro hizo la combinación!!!! ¡¡¡¡increíble!!!! Y eso que hay gente que queda completamente desorientada en este tipo de estaciones...y el perro lo logró...jajaja.
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Finalmente al perro lo echaron. Ya era mucha la suerte del can al no ser sorprendido por guardia alguno. Lo expulsaron como a un perro cuando se portó como un caballero: el perro no corría en los pasillos, no gritaba (ladraba), ni andaba con cara de poto (con cara de perro, pero de perro buena onda). Se merecía un buen bistoco.
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Esto me pasó hace algunos años atrás y pocas veces lo cuento, pero ahora la ocasión es oportuna porque me permite preguntarte: ¿qué es lo más increíble (que sea difícil de creer) que has visto o te haya pasado?