jueves, 19 de octubre de 2006

Bakunín

El anarquismo es una ideología que no comparto (y no gracias a la información sesgada que han dado sobre esta los medios de comunicación), pero los escritos de unos de sus pensadores, Miguel Bakunín me han llamado siempre la atención por la actitud rebelde y juvenil que muestran.

El viejo siempre estuvo contra Dios, el Estado y cualquier forma de autoridad. A mi parecer era un tipo llevado a sus ideas, demasiado apasionado, no por nada lo echaron (o se automarginó) de la Primera Internacional donde también estaban Carlos Marx y Federico Engels.


El extracto lo saqué de la obra "Dios y el Estado" , donde ataca lo que siempre ha sido considerado incuestionable e intocable, más aún en el siglo XIX, más aún en Chile, que es casi lo mismo.

Si su sensibilidad religiosa es extrema mejor lea la revista Mensaje o afines. Saludos a todos.



"Nuestros primeros antepasados, nuestros adanes y vuestras evas, fueron, si no gorilas, al menos primos muy próximos al gorila, omnívoros, animales inteligentes y feroces, dotados, en un grado infinitamente más grande que los animales de todas las otras especies, de dos facultades preciosas: la facultad de pensar y la facultad, la necesidad de rebelarse.

Estas dos facultades, combinando su acción progresiva en la historia, representan propiamente el “factor”, el aspecto, la potencia negativa en el desenvolvimiento positivo de la animalidad humana, y crean, por consiguiente, todo lo que constituye la humanidad en los hombres.

La Biblia, que es un libro muy interesante y a veces muy profundo cuando se lo considera como una de las más antiguas manifestaciones de la sabiduría y de la fantasía humanas que han llegado hasta nosotros, expresa esta verdad de una manera muy ingenua en su mito del pecado original. Jehová, que de todos los buenos dioses que han sido adorados por los hombres es ciertamente el más envidioso, el más vanidoso, el más feroz, el más injusto, el más sanguinario, el más déspota y el más enemigo de la dignidad y de la libertad humanas, que creó a Adán y a Eva por no sé qué capricho (sin duda para engañar su hastío que debía de ser terrible en su eternamente egoísta soledad, para procurarse nuevos esclavos), había puesto generosamente a su disposición toda la Tierra, con todos sus frutos y todos los animales, y no había puesto a ese goce completo más que un límite. Les había prohibido expresamente que tocaran los frutos del árbol de la ciencia. Quería que el hombre, privado de toda conciencia de sí mismo, permaneciese un eterno animal, siempre de cuatro patas ante el Dios eterno, su creador su amo. Pero he aquí que llega Satanás, el eterno rebelde, el primer librepensador y el emancipador de los mundos. Avergüenza al hombre de su ignorancia de su obediencia animales; lo emancipa e imprime sobre su frente el sello de la libertad y de la humanidad, impulsándolo a desobedecer y a comer del fruto de la ciencia.

Se sabe lo demás. El buen Dios, cuya ciencia innata constituye una de las facultades divinas, habría debido advertir lo que sucedería; sin embargo, se enfureció terrible y ridículamente: maldijo a Satanás, al hombre y al mundo creados por él, hiriéndose, por decirlo así, en su propia creación, como hacen los niños cuando se encolerizan; y no contento con alcanzar a nuestros antepasados en el presente, los maldijo en todas las generaciones del porvenir, inocentes del crimen cometido por aquellos. Nuestros teólogos católicos y protestantes hallan que eso es muy profundo y muy justo, precisamente porque es monstruosamente inicuo y absurdo. Luego, recordando que no era sólo un Dios de venganza y de cólera, sino un Dios de amor, después de haber atormentado la existencia de algunos millares de pobres seres humanos y de haberlos condenado a un infierno eterno, tuvo piedad del resto y para salvarlo, para reconciliar su amor eterno y divino con su cólera eterna y divina siempre ávida de víctimas y de sangre, envió al mundo, como una víctima expiatoria, a su hijo único a fin de que fuese muerto por los hombres. Eso se llama el misterio de la redención, base de todas las religiones cristianas. ¡Y si el divino salvador hubiese salvado siquiera al mundo humano! Pero no; en el paraíso prometido por Cristo, se sabe, puesto que es anunciado solemnemente, que o habrá más que muy pocos elegidos. El resto, la inmensa mayoría de las generaciones presentes y del porvenir, arderá eternamente en el infierno. En tanto, para consolarnos, Dios, siempre justo, siempre bueno, entrega la tierra al gobierno de los Napoleón III, de los Guillermo I, de los Femando de Austria y de los Alejandro de todas las Rusias.

Tales son los cuentos absurdos que se divulgan y tales son las doctrinas monstruosas que se enseñan en pleno siglo XIX, en todas las escuelas populares de Europa, por orden expresa de los gobiernos. ¡A eso se llama civilizar a los pueblos! ¿No es evidente que todos esos gobiernos son los envenenadores sistemáticos, los embrutecedores interesados de las masas populares?

Me he dejado arrastrar lejos de mi asunto, por la cólera que se apodera de mí siempre que pienso en los innobles y criminales medios que se emplean para conservar las naciones en una esclavitud eterna, a fin de poder esquilmarlas mejor, sin duda alguna. ¿Qué significan los crímenes de todos los Tropmann del mundo en presencia de ese crimen de lesa humanidad que se comete diariamente, en pleno día, en toda la superficie del mundo civilizado, por aquellos mismos que se atreven a llamarse tutores y padres de pueblos? Vuelvo al mito del pecado original.

Dios dio la razón a Satanás y reconoció que el diablo o había engañado a Adán y a Eva prometiéndoles la ciencia y la libertad, como recompensa del acto de desobediencia que les había inducido a cometer; porque tan pronto como hubieron comido del fruto prohibido, Dios se dijo a sí mismo (véase la Biblia): “He aquí que el hombre se ha convertido en uno de nosotros, sabe del bien y del mal; impidámosle, pues, comer del fruto de la vida eterna, a fin de que no se haga inmortal como nosotros.”

Dejemos ahora a un lado la parte fabulesca de este mito y consideremos su sentido verdadero. El sentido es muy claro. El hombre se ha emancipado, se ha separado de la animalidad y se ha constituido como hombre; ha comenzado su historia y su desenvolvimiento propiamente humano por un acto de desobediencia y de ciencia, es decir, por la rebeldía y por el pensamiento."

7 comentarios:

Para que mentirte??? dijo...

Quetal,...............!!!!!
tanto tiempo sin dedicarle ningun comentario a este post....
definitivamente, la corriente anarquista no es de mi profundo agrado,... considero que la autoridad en si, no es mala, porque en cierta forma, controla las pasiones de hombres que solo tienen en la cabeza pensamientos dañinos para la sociedad,...
A mi lo que me molesta e s la Autoridad Gendarme, aquellaa que cubre todo los ambitos de la sociedad,... y para aquella via se es permitida ala ravolucion,...
Para mi,. el tipo del que agregaste unos parrafos,.. es demasiado anarko pa sus cosas,. no hay que tomarse las cosas tan en serio....
O no???


Saludos desde coquimbo,.. gustavo.

.. dijo...

Hola Róbinson... en le post anterior no te pude postear, porque blogger no me dejó...
Me gustó el parrafo que dejaste...siempre me ha parecido sospechoso que la religión que gobierna varias sociedades..(porque eso de la separación de la Iglesia/Estado, es bastante mula) base su salvación en un parricidio, divino, pero parricidio... y en la culpa... Estudié muchos años en un colegio catolico, bien catolico.. y lo único que lograron fue que me alejara los más posible del catolicismo...
Un abrazo

.. dijo...

Hola Róbinson... en le post anterior no te pude postear, porque blogger no me dejó...
Me gustó el parrafo que dejaste...siempre me ha parecido sospechoso que la religión que gobierna varias sociedades..(porque eso de la separación de la Iglesia/Estado, es bastante mula) base su salvación en un parricidio, divino, pero parricidio... y en la culpa... Estudié muchos años en un colegio catolico, bien catolico.. y lo único que lograron fue que me alejara los más posible del catolicismo...
Un abrazo

Juan Carlos Morgado dijo...

No comparto la visión de mundo del anarquismo, pero tienes toda la razón cuando mencionas que nos entregan una visión sesgada.
Estamos metidos en un mundo donde el consenso es lo máximo y quien piense distinto es mirado como bicho raro y empiezan las estigmatizaciones.

Saludos

¡Come tus cereales! dijo...

Gustavo: ¡¡¡Apareciste por fin!!! ¡Q bien! Bueno, a los anarcos no les puedo tener desagrado debido a su historia de lucha...sin embargo han salido muchos oportunistas q le echan basura al marxismo y de paso le hacen el juego a los burgueses. Lo de la anti-autoridad Lenin lo echó abajo en su libro "El Estado y la Revolución" diciendo que la revolución es el acto más autoritario que existe, pues en ella se impone una fuerza, idea o postura sobre otra, y de manera violenta (lo q lo hace ser más autoritaria)...entonces los anarcos al querer una revolución y a la vez hablar de la anti-autoridad se contradicen, se equivocan profundamente.
Por supuesto Gustavo, q Bakunín era demasiado anarco, si junto a Proudhon y Kropotkin son los grandes pensadores de esta ideología. Saludos para Coquimbo

Morondangeña: eso es lo q más rescato de Bakunín, la aversión q tiene a la religión, a Dios, principalmente. Los colegios donde estuve no eran de curas, pero les faltaba poco para serlo...nos obligaban a rezar todos los días lunes, en la media me hacían la vida de cuadritos porq me gustaba el death metal... para más remate mi familia es católica y de niño me llevaban a la Iglesia...para mí la religión fue una experiencia nefasta, pues me inculcaban el miedo y la culpa...ádemás me exigían ser como un vegetal, sin cuestionarme nada...fue horrible. Por suerte despavilé y sin dios me siento más libre, incluso puedo decir q he sido mejor persona. Saludos y siga morondangueando en el blop Rojo.

Juan Carlos Totalmente de acuerdo, el maldito consenso que supuestamente es una respuesta a lo "totalitario" nos termina uniformando...el acuerdo es entre los peces más gordos...de capital. ¡¡¡Saludos pa Valpo!!!

KARMILA dijo...

Vaya a mi me toco leer ese libro en la Universidad y puesssss te dire.... No comparto la idea del anarquismo, estoy de acuerdo contigo.

Aunque muchas veces, se nos someta, a la sociedad y al pueblo, a pensar y a seguir ciertas cosas, porque si no te va mal, es como los borreguitos.

Interesante tu blog y tu forma de ver la vida.

Besos¡¡

Mediocre!!! dijo...

No comparto muchas de las ideas del Anarquismo, en particular porque creo que el Estado es necesario, sin perjuicio de que es cierto que muchas veces tienden a sistematizar a la sociedad entregeandole determinados canones a seguir, pero tenemos el libre albedrio. Me parecio interesante la perspectiva desde la que abordo los relatos biblícos el autor del libro.

Saludos...